La calidad y fiabilidad están patentes en todo lo que hacemos, desde los primeros trazos del diseñador hasta los cálculos milimétricos del ingeniero, pasando por los miles de kilómetros de pruebas virtuales, en laboratorio y en el mundo real, hasta la fabricación, ensamblaje y entrega de nuestros vehículos.

Por esta razón invertimos 13 millones de libras al año en software y hardware destinados a la ingeniería asistida por ordenador (CAE). Gracias a esta metodología, los componentes se diseñan más rápidamente y con mayor precisión, se prueban y optimizan en millones de kilómetros virtuales antes de crearse físicamente. El resultado es un proceso que nos ahorra 1,2 millones de kilómetros de conducción real y 290 toneladas de CO2 liberadas a la atmósfera durante el desarrollo de un modelo.

Esto significa que cada diseño nuevo de una caja de cambios se somete a prueba durante 12 semanas en un banco estático ubicado en nuestros laboratorios de alta tecnología, donde se simula un ciclo de vida de 10 años, 240.000 kilómetros de conducción en una fracción del tiempo. Por eso, nos adentramos con los vehículos en los gélidos bosques del norte de Suecia con temperaturas de -40 °C, los desiertos de Arizona y Dubái donde los termómetros alcanzan 50 °C y los circuitos de prueba de alta velocidad de Nardò (Italia), antes de llevarlos al límite en los 8.000 kilómetros del desafiante circuito de Nürburgring Nordschleife de Alemania. Todo para comprobar que la tecnología funciona igual de bien en el mundo real y poder ponerle finalmente el sello de aprobación.

Cuando un Jaguar llega por fin a fabricarse, es porque se ha conseguido un nivel de precisión del cigüeñal del motor Ingenium con una tolerancia de 0,003 mm, que equivale al 6 % del grosor de un cabello. El resultado es una eficiencia increíble de hasta 3,8 l/100 km (75 mpg) y emisiones de CO2 de apenas 99 g/km. Se usan cámaras y láseres de alta tecnología para realizar una comprobación de calidad de 168 puntos en todos los chasis, las holguras entre paneles se ajustan a una precisión de ±0,5mm, antes de la prueba de monzones final, que utiliza 6.000 litros de agua.

«La innovación en ingeniería es el denominador común de todos los procesos de Jaguar Land Rover», comenta Nick Rogers, director ejecutivo de Ingeniería de productos. «Un requisito fundamental para que los clientes vivan experiencias apasionantes con vehículos que les enamoren para toda la vida. Jaguar Land Rover es el mayor inversor en ingeniería e I+D en el Reino Unido, con una inversión de 3.100 millones de libras en 2014/2015 (año fiscal). Recientemente ha ampliado sus instalaciones de ingeniería para acelerar la aparición en el mercado de vehículos con una producción más eficiente y, en última instancia, con una fiabilidad y durabilidad mejoradas».

Jaguar Land Rover combina el conocimiento experto de industrias de alta tecnología, como la industria aeroespacial y Fórmula 1TM, para revolucionar los métodos de desarrollo de los vehículos, con un nivel de rendimiento y capacidades imposibles para los procesos tradicionales.

Jaguar F-PACE - Pruebas en clima frío, Arjeplog (Suecia).

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